Doña Daniela nos pidió no grabar su imagen. Entonces, grabamos su voz y tomamos fotos de las plantas medicinales que nos estaba mostrando. Cuando le preguntamos por qué, nos dijo que el sacerdote local y la hermandad religiosa le negarían la comunión si supieran que ella estaba practicando activamente su trabajo de sanación. Pero estaba orgullosa de su jardín, donde cultiva más de 35 plantas medicinales. Es una yerbera especializada en la preparación de botellas (extracciones de plantas). Vive en una comunidad pequeña y conservadora en una región montañosa de la República Dominicana. Su esposo murió, pero ella continúa viviendo en su casa, criando a sus nietos y sobreviviendo con su trabajo de curación y las pequeñas cantidades de dinero que su hijo puede traerle a través de su trabajo informal. Los principales problemas que enfrenta Daniela en su comunidad están relacionados con la salud sexual y reproductiva, en particular entre las muchas mujeres que se dedican al trabajo sexual en otras ciudades y que llegan a su hogar en busca de remedios para dolencias como la sífilis y la gonorrea.